jueves, 6 de diciembre de 2012


Nelson Mandela
En 1952 Mandela pasó a presidir el ANC del Transvaal, al tiempo que dirigía a los voluntarios que desafiaban al régimen; se había convertido en el líder de hecho del movimiento. La represión produjo 8.000 detenciones, incluyendo la de Mandela, que fue confinado en Johannesburgo. Allí estableció el primer bufete de abogados negros de Sudáfrica.
En 1955, cumplidas sus condenas, reapareció en público, promoviendo la aprobación de una Carta de la Libertad, en la que se plasmaba la aspiración de un Estado multirracial, igualitario y democrático, una reforma agraria y una política de justicia social en el reparto de la riqueza.
El endurecimiento del régimen racista llegó a su culminación en 1956, con el plan del gobierno de crear siete reservas o bantustanes, territorios marginales supuestamente independientes, en los que confinar a la mayoría negra. El ANC respondió con manifestaciones y boicoteos, que condujeron a la detención de la mayor parte de sus dirigentes; Mandela fue acusado de alta traición, juzgado y liberado por falta de pruebas en 1961.
Durante el largo juicio tuvo lugar la matanza de Sharpeville, en la que la policía abrió fuego contra una multitud desarmada que protestaba contra las leyes racistas, matando a 69 manifestantes (1960). La matanza aconsejó al gobierno declarar el estado de emergencia, en virtud del cual arrestó a los líderes de la oposición negra: Mandela permaneció detenido varios meses sin juicio.
Aquellos hechos terminaron de convencer a los líderes del ANC de la imposibilidad de seguir luchando por métodos no violentos, que no debilitaban al régimen y que provocaban una represión igualmente sangrienta. En 1961 Mandela fue elegido secretario honorario del Congreso de Acción Nacional de Toda África, un nuevo movimiento clandestino que adoptó el sabotaje como medio de lucha contra el régimen de la recién proclamada República Sudafricana; y se encargó de dirigir el brazo armado del ANC (la Lanza de la Nación). Su estrategia se centró en atacar instalaciones de importancia económica o de valor simbólico, excluyendo atentar contra vidas humanas.
Prisionero durante 17 años en penosas condiciones el gobierno de Sudáfrica rechazo todas las peticiones de que puesto en libertad Nelson Mandela se convirtió en un símbolo de la lucha contra el dentro y fuera del país una figura legendaria que representaba la falta de libertad de todos los negros
Las elecciones de 1994 convirtieron a Mandela en el primer presidente  negro de Sudáfrica; desde ese cargo puso en marcha una política de reconciliación nacional.

Es muy popular en todas las naciones que conforman las Islas Británicas(Inglaterra, Irlanda del Norte, Escocia, Gales e Irlanda), así como en las ex colonias británicas (Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica) y en países europeos como Francia e Italia.
Además de los países antes mencionados, el rugby se practica en todos los continentes, con variados grados de popularidad y competitividad internacional. En África es popular, por influencia inglesa, en Sudáfrica, Namibia, Kenia y Zimbabue, y por influencia francesa en Túnez, Costa de Marfil, Madagascar y Marruecos. En América se practica principalmente en Argentina, donde tiene gran arraigo y cuya selección ha logrado el tercer puesto en la Copa del Mundo de Rugby 2007. También tiene cierta importancia en otros países americanos, como Canadá, Estados Unidos, Uruguay y Chile, y algo menos Brasil, Paraguay, Bermuda, Trinidad y Tobago, Colombia, Perú y Venezuela. En Asia, el equipo más destacado es el de Japón. En el resto de Europa, se destaca Italia, que participa del Torneo de las Seis Naciones. También está difundido en otros países del continente europeo, sobre todo en Portugal, España y en países del Este europeo, como Rumania, Georgia o Rusia. En Oceanía, por influencia australiana y neozelandesa, el rugby es también un deporte popular en Fiyi, Tonga y Samoa, cuna de jugadores destacados en el ámbito internacional.
En abril de 2010, 116 uniones nacionales eran reconocidas por el International Rugby Board, la asociación federativa que regula este deporte en el mundo.1
Desde los orígenes mismos del rugby y el fútbol actual, a mediados del siglo XIX, se definieron como el alter ego del otro: fuerza contra habilidad; juego limpio contra juego desleal, etc.2 Un antiguo dicho británico dice que "el fútbol es un juego de caballeros jugado por villanos y el rugby es un juego de villanos jugado por caballeros". En el rugby es característico el respeto por las reglas que deben practicar tanto los jugadores como el público. Las decisiones del árbitro rara vez son discutidas por los jugadores. En los partidos internacionales entre selecciones y en muchos de los campeonatos europeos como el Top 14 se puede recurrir, a solicitud del árbitro principal, a la repetición en vídeo de las jugadas producidas dentro del in goal en caso de duda. La revisión de estas jugadas está a cargo de un cuarto árbitro llamado TMO (Television Match Official), aunque la decisión final siempre corresponde al árbitro principal.
Además, se fomenta la sociabilidad, dándose generalmente entre compañeros de equipos y oponentes una cordial reunión después de los partidos, denominada tercer tiempo, junto con los árbitros, entrenadores y parte del público, para hablar acerca del partido. Este apelativo se ha hecho extensivo a los medios donde se analiza este deporte.
Rugby
CIUDAD DEL CABO.- Cada deporte tiene una ciudad o un país emblemático que lo identifica y donde supo escribir allí sus páginas más gloriosas. El rugby no le escapa a esto y sin dudas que, en Sudáfrica, este deporte produjo lo que no se podía conseguir por otro camino: el final del apartheid. Cuando Mandela, liberado tras estar preso por 27 años, ganó las elecciones y asumió, un año antes del Mundial de 1995, había peligro. Sin embargo, el presidente siguió adelante y lo utilizó como la principal herramienta para unir a blancos y negros, quienes combatieron en una feroz guerra durante largos períodos. 
Hoy, la realidad es otra. El país recuerda con bronca y tristeza lo que pasó, y eleva a Nelson Mandela como su máximo símbolo. Sin embargo, el rugby nunca dejó de estar presente. Pasó el tiempo de aquella Copa del Mundo y el deporte se respira en todas las esquinas. "Ya con Mandela lejos del poder, los Springboks ganaron en 2007 y el pueblo lo celebró más allá de cualquier color, raza o religión. Los Springboks son un símbolo de orgullo para la mayoría de los sudafricanos"
A diferencia de Buenos Aires, o cualquier ciudad del país, en donde las remeras de Messi, River, Boca o cualquier otro equipo aparecen primeras en las tiendas de deportes, aquí el actor principal es el rugby. Por las calles de Ciudad del Cabo, se puede ver jóvenes, y no tanto, con remeras o camperas de sus equipos, sobre todo de Stormers, el conjunto local, más las banderas y buzos de los Springboks. En los colegios, hay canchas de rugby, aunque, claro está, el fútbol también figura, sobre todo después del Mundial de hace dos años, del que aún quedan rastros. 
"Culturalmente el rugby acá es importantísimo. Tienen grandes estructuras desde los colegios, de muy chicos ya los preparan. Tanto en Ciudad del Cabo como en otros lugares se vive el rugby muy fuerte", cuenta Eusebio Guiñazú, quien el sábado será titular en los Pumas, y en el pasado supo vestir la camiseta de Stormers. 
"En Sudáfrica, el rugby fue históricamente el deporte de los blancos, incluso durante el apartheid los negros celebraban las derrotas del primer equipo. Con el tiempo, y sobre todo después del 95, se fue intercalando. Para comparar, era como el fútbol en la Argentina o Brasil", relata Carlin. "Es uno de los legados más grandes que supo dejar Mandela a la sociedad. El rugby es el deporte en el que Sudáfrica es potencia y, como al pueblo le gusta asociarse con un equipo, todos van detrás de los Springboks"
Desde aquel Mundial de 1995, Sudáfrica no participó de grandes eventos, hasta que en 2010 fue la sede de la Copa del Mundo. Allí volvió al centro de la escena mundial. "Meses antes de que empiece, yo estuve allí. Se dudaba mucho de la capacidad africana para organizar este tipo de eventos. Días antes de que comenzaran los Juegos Olímpicos, a nadie se le ocurría que Londres podía fallar en la organización, y ciertas cosas no estaban definidas. Un Mundial es mucho más complicado y el 2010 fue muy eficaz y organizado
Apartheid
Este término significa en Afrikaans, variante sudafricana del holandés, separación. Apareció oficialmente en Sudáfrica en 1944 y sirve para designar la política de segregación racial y de organización territorial aplicada de forma sistemática en África del Sur, un estado multiracial, hasta 1990.
El objetivo del apartheid era separar las razas en el terreno jurídico (Blancos, Asiáticos, Mestizos o Coloured, Bantúes o Negros), estableciendo una jerarquía en la que la raza blanca dominaba al resto (Population Registration Act) y en el plano geográfico mediante la creación forzada de territorios reservados: los Bantustanes (Group Areas Act).
En 1959, con el Self Government Act el apartheid alcanzó su plenitud cuando la población negra quedó relegada a pequeños territorios marginales y autónomos y privada de la ciudadanía sudafricana.
Hasta ese momento, Sudáfrica con sus importantes riquezas mineras y su situación geoestratégica se había alineado con el bloque occidental. Sin embargo, el sistema racista hizo que, en un momento en que se desarrollaba la descolonización, las presiones de la comunidad internacional se acrecentaran contra el gobierno de Pretoria.
En 1960 fue excluida de la Commonwealth. En la ONU se planteó la demanda de sanciones. En 1972, Sudáfrica quedó excluida de los Juegos Olímpicos de Munich ante la amenaza de boicot general de los países africanos. Finalmente en 1977, el régimen sudafricano fue oficialmente condenado por la comunidad occidental y sometido a un embargo de armas y material militar, y en 1985, el Consejo de Seguridad de la ONU llamó a los estados miembros a adoptar sanciones económicas.
En todo estas condenas internacionales hubo una cierta hipocresía. En el marco de la guerra fría el régimen racista fue visto por Europa y los Estados Unidos como un muro de contención a la expansión del comunismo en África. Moscú, por el contrario, animó la lucha contra el apartheid armando a Angola y Mozambique, países cuyos gobiernos pro-soviéticos se enfrentaban a guerrillas subvencionadas por Occidente y apoyadas por Sudáfrica. En el marco de ese conflicto, el ejército surafricano hizo diversas incursiones en el territorio de sus países vecinos.
El fin de la guerra fría precipitó el fin del apartheid. El presidente Frédérik de Klerk, tras diversas negociaciones con los representantes de las comunidades étnicas del país, puso fin al régimen racista en junio de 1991. En adelante la población negra recuperó sus derechos civiles y políticos.
El proceso culminó con la llegada Nelson Mandela, mítico militante anti-apartheid que había pasado veintisiete años en la cárcel, a la presidencia de la República de Sudáfrica.

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